Un sistema de humidificación aumenta la humedad de una habitación liberando agua en el aire. Se utilizan varias tecnologías para enriquecer el aire. Por ejemplo, hay sistemas de humidificación por vaporización, atomización ultrasónica o evaporación. Los sistemas de humidificación suelen utilizarse en interiores para mejorar el clima interior. Suelen utilizarse en ambientes secos o, sobre todo, durante el periodo de calefacción. Ayudan a aliviar la piel seca, las vías respiratorias irritadas y otras molestias causadas por el aire seco.
En la industria y el comercio, los sistemas de humidificación se utilizan para regular el clima interior en naves de producción, almacenes o edificios de oficinas. Los sistemas de humidificación garantizan una humedad óptima para las máquinas, los materiales y las condiciones de trabajo. En los procesos de producción, especialmente en sectores como la industria papelera, textil o electrónica, el control de la humedad es crucial para evitar la acumulación de electricidad estática, mantener la flexibilidad de los materiales o la estabilidad de determinados procesos químicos. Los sistemas de humidificación también pueden mejorar la calidad de los productos y prolongar la vida útil de las máquinas.