Un humidificador ultrasónico utiliza vibraciones ultrasónicas para convertir el agua en niebla. Dentro del aparato hay un pequeño disco vibratorio de metal o cerámica que oscila a una frecuencia muy alta. Estas vibraciones ultrasónicas son tan rápidas que atomizan el agua del depósito del humidificador en diminutas gotitas. Estas gotitas microscópicas de agua se liberan en el aire en forma de una fina niebla. La niebla aumenta la humedad de la habitación sin alterar sensiblemente la temperatura.
En un humidificador vaporizador, también conocido como humidificador de vapor, el agua se lleva a ebullición, creando vapor. Este proceso utiliza una unidad de calefacción dentro del aparato para calentar el agua del depósito. En cuanto el agua hierve, se evapora y el vapor de agua resultante se libera en la habitación.
Este vapor se mezcla con el aire seco de la habitación y aumenta la humedad. Como el vapor está caliente cuando se produce, este tipo de humidificador también tiene el efecto secundario de calentar ligeramente el aire, lo que puede resultar especialmente agradable en los meses más fríos.
Los vaporizadores son eficaces e higiénicos, ya que al hervir el agua se eliminan la mayoría de las bacterias y microorganismos antes de liberar el vapor en el aire. Sin embargo, pueden consumir más energía que otros humidificadores, ya que necesitan calentar el agua hasta el punto de ebullición.
En un humidificador nebulizador, a menudo denominado nebulizador, el agua pasa a través de una boquilla que la atomiza en finas gotitas. Este tipo de humidificador utiliza una bomba para suministrar agua a alta presión a través de una o varias boquillas finas. A medida que el agua sale por las boquillas, se descompone en una fina niebla. Esta fina niebla puede liberarse en el aire de la habitación, donde se evapora y aumenta así la humedad.
A diferencia de los humidificadores que funcionan con ultrasonidos, la tecnología de los atomizadores se basa en la presión mecánica. Son especialmente eficaces a la hora de producir una niebla muy fina y, por lo tanto, también pueden utilizarse en habitaciones más grandes o incluso en entornos industriales para regular la humedad.